Navegando...

6.1.10

Mejor te lo cuento yo

Cuestiones claras como el agua


Era una tarde desolada en el pequeño pueblo, todo se mecía bajo el suave silencio de la siesta. El brillo del sol hervía el asfalto y en cada esquina derretía los carteles desolados. La ciudad estaba en pausa, como cada día, la vida se detenía por un par de horas, o tal vez un poco más. El 10 de copas bailaba por las vereditas del pueblo, festejando tanto lugar para jugar, agradeciendo el aire caliente, saludando al sol. Giraba sin parar hasta marearse cuando, sin notarlo, la muerte se coló en su camino...
-Yo sé lo que sucedió- Reveló el 10 de Oros, pero no quiero decirlo.
-No me extraña tu silencio, es más me asombraría que reveles uno de tus secretitos que escondes bajo la alfombra- Afiló el Caballero de espadas.
Las riñas se hacían frente cuando este buen hombre aparecía, y todos lo sabían. Sin embargo, no eran vanas sus palabras. Ese 10 de oros, vive de apariencias y sus historias no son de fiar. Nadie pudo confiar en su palabra cuando, a fuerzas de amenas del joven espada confesó que la muerte había cruzado al décimo de copas con la intención de ayudarlo en su errónea dirección.
-Quién puede creer esa mentira?- desató la valiente espada.
-Cuál es tu versión?- Lo desafió el oros.
-Simple, todos saben que la fuerza de las almas no soportan largos tiempos en paz y total armonía. La muerte vino a poner fin a esa felicidad. Nadie querrá decirlo, yo sí-
-Por qué no buscar una explicación más sensata- dijo el 2 de bastos.
-Qué sugieres?- preguntó la espada de muy mal modo.
-Sugiero, si me permites caballero, abrir un horizonte más amplio de posibilidades... sugiero que veamos más allá del horizonte, sugiero ideas innovadoras-
-Sugieres nuevos escenario de mentiras?- respondió irónico el espada.
-Bueno, si es necesario...- Rió con aire soberbio - pensemos que es lo que cruza a la muerte en la esquina del sol, sólo se me ocurre lo obvio, pero han visto al 10 de copas esa tarde y juran que no estaba dado vuelta... creo que su cruce era simplemente una despedida que cerró esa herida pendiente...-
-Eso explica mi confusión- dijo el copas, que intuyó esa reunión de cotorreo. Interrumpió la conversación -Por cierto, sólo se cruzó para pedirme fuego y yo, como bien saben, soy de agua-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario