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25.8.10

Mejor te lo cuento yo

De como una princesa deja su copa
Fuente: Muchas Miradas
Había una vez una Princesa de Copas realmente dichosa y bella que veía por la ventana el descuido de las calles. Solía entrenar su tristeza sobre la vereda, cuando veía como desfilaba por la avenida una figura tras otra. Ella caminó por esas calles tanto como pudo, pero sentía que no lograba dejar una huella significativa, fuerte, un presente que durara más que un paso. La sorprendió un descuidado Ahorcado soñando que con la vertical llegaría hasta la próxima esquina, ayudando a quien lo necesite, cayendo y derrapando su cuerpo sin importar su propia dicha.
Lo miró asombrada, siguió de a poco su figura hasta no poder observarlo desde arriba, entonces no tuvo otra opción y se derramó en lágrimas hasta la calle. Cuando lo tuvo frente a frente, miró sus ojos cristalinos y no supo que más decir. Sólo logró implorarle: 

23.8.10

El Diario Íntimo de...

El caballo de espadas
Diario querido, ellos no me comprenden....

Muchos me preguntan: "Por qué estás tan furioso?" "Cómo se explica ese enojo?" o simplemente esperan comprender algo, que yo tampoco entiendo... Esta figura imprudente y llena de dolor no encuentra calma. Es como si mi naturaleza fuera así, arrebatada, descuidada. Siento que debo comenzar a comprender lo peligroso de mi espada, para averiguarlo no es preciso usarla, pero no encuentro modo de escaparme de mi.
Sin embargo, también soy impulsivo con nuevos proyectos y desafíos, tengo armas y tengo el plan para concretar nuevas aventuras, puedo ser valiente y desafiante en un buen sentido. Puedo aprender de mi espada lo que mi padre tanto me ha intentado inculcar, a ser justo y prudente con ella. Una fuerza que además del poder destructivo posee la seguridad y la palabra perfecta, como el arma más poderosa que cualquier joven desearía. Pero ellos no lo sabe ven, no saben mirar más allá.