Se miraron, se cruzaron, se flecharon... Un fuego interminable los alió hasta que finalmente él, con el hombro elevado, el mentón saludando al sol y los brazos absurdamente abiertos dijo:


El olor a cigarro rancio escapando entre los dos, la ruptura inmediata de la imaginación. La muerte propicia de todo. Al fin no era él, era un espejismo... otra vez.
Así de compleja descubriría yo la más impactante anécdota de un as de basto cruzándose a un as de espadas. Qué tan lejos se puede llegar con la fuerza cuando por competidor no hay más que una indefensa molécula de cordura?
Bueno, quizás en ese caso...
La magia apoderándose de ese golpe de suerte, mirando al más allá ella respondería
-Llevo años esperando, que te demoró tanto?
Una respuesta simple que sólo el as de oro logró acertar:
-El destino
Muy interesante la propuesta de tu blog :) Lo seguiré de cerca!
ResponderEliminarUn beso y bendiciones miles~
Muy interesante tu blog, muchas gracias por compartirlo.
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