Diario querido, ellos no me comprenden....

Sin embargo, también soy impulsivo con nuevos proyectos y desafíos, tengo armas y tengo el plan para concretar nuevas aventuras, puedo ser valiente y desafiante en un buen sentido. Puedo aprender de mi espada lo que mi padre tanto me ha intentado inculcar, a ser justo y prudente con ella. Una fuerza que además del poder destructivo posee la seguridad y la palabra perfecta, como el arma más poderosa que cualquier joven desearía. Pero ellos no lo sabe ven, no saben mirar más allá.
En fin, algunos sólo ven venir mi espada y pocos advierten que detrás de ella se asoma un hombre que en verdad provoca su respeto con el arte de su voz. Cuanto debo comprender de las pausas y las líneas entrefinas para dejar de esconderme tras la espada y aprender a dedicarla a quienes en verdad la merecen.
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