El Mundo
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Mi más ansiado confesor... que complejo es derramar todas mis palabras agolpadas y alocadas, tal como se me asoman. Hoy que todo lo tengo, todo me falta, todo comprendo y nada asimilo como nuevo horizonte. Tengo que ser sincera en mi diálogo contigo, no comprendo el sentido de la ayuda, no concibo la falta, no puedo procesar el mínimo desecho... mi compleja necesidad de completar todo me lleva por la casa llenando tarros hasta el tope, ofreciendo comida a todos, perturbando con más agua a las plantas...
Pero eso no es todo, no puedo ser más que yo quien lo haga, me obligo a desarrollar toda la larga cadena de tareas, no logro delegar nada!! Me agobio, me canso, pero sigo, me digo que nadie mas que yo sabrá del constante acarreo, la fila de botellitas y su orden perfecto en la heladera, nadie sabe más que yo como se hacen las cosas, nadie como yo... a fin de cuentas me desparramo con empachos de criticas para compensar mis impulsos activos de hacerlo todo y más. Mis amigas, mis enemigas, mis madres, mis hijas, todas juran que estoy esforzándome más de la cuenta, que no quepa el mundo completo entre mis brazos, que debo soltar cosas, dejarlas ir, equivocarme, desprenderme, desarmarme, pero me es tan inverosímil como las misma mañana que me quedé dormida por 30 minutos más. ¡Qué desastre aquella historia!! Un mar de migas, un cielo de manchas acumuladas y una libertad... a veces deseo la libertad, pero la deseo tan completa, toda para mi, enjaulada entre mis manos... Un sueño de libertad con ataduras?? Debería ir cerrando estas ojos... Mi pequeño diario!! quien escribirá estas líneas cuando yo ya no esté.
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