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10.12.10

A que no sabés ...

Lo que le pasó al 6 de oros...
Mystic Familiar
El humilde oros amó siempre la comodidad, los buenos vinos y los banquetes abundantes, aunque nunca fue un exigente comensal de delicado paladar ni excéntricos deseos. Su economía nunca le permitió un hogar decente ni una buena mesa y encontró su lugar como consejero y director de orquesta de un ejército de mayordomos para su amo, amigo y dueño de casa. Su vida, al mando del dictador, era una constante de placenteros momentos, aunque nunca dejaba de estar a merced de las voluntades de su jefe. En sus manos encontró la miseria de aguardar por sus deseos, de bajar la cabeza, de apoyar por causas ajenas. Pero una mañana despertó enfermo, cálido de fiebre y agonizando de dolor. Nadie pudo descubrir el foco de su evidente infección, hasta que a media madrigada un fuerte soplido de la luna lo puso boca arriba.

El mundo giraba ahora hacia él, sus fuerzas habían logrado darle el valor suficiente para caminar invertido, pero más derecho que antes jamás haya estado. Desplegó convencido las alas de su libertad, tomo con paciencia sus maletas y caminó hasta el pueblo, guitarra en mano construyó un éxito tras otro y muchos años después regreso a aquel palacio y enfrentó a su amigo con la frente alta. Le trajo por obsequios manjares y vinos, agradeció por aquellos años de riquezas prestadas y ambos miraron hacia el otro por primera vez como pares, como hermanos.

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